Como su propio nombre indica no crece ni el tomillo. No obstante, su altura, junto con su rojo arcilla y el contraste con las encinas y jaras del entorno lo dotan de un carisma especial. Carisma truncado por la"peineta" que le han colocado y cuya función aún no he podido discernir. (Vista panorámica desde el Teso Pelao)
jueves, 6 de septiembre de 2007
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